Este risotto de hongos y jamón crudo tiene todo lo que nos gusta cuando llega el frío: sabor intenso, textura cremosa y aroma a cocina casera. Inspirada en una receta de Paulina Cocina -porque sí, también la seguimos- esta versión tiene algunos secretos para lograr un arroz en su punto justo. Es una receta sencilla, pero te recomendamos cocinarla con paciencia.
Remojar los hongos secos. Colocalos en un bowl con agua tibia y el vino blanco. Dejalos reposar unos minutos hasta que se hidraten bien.
Preparar el sofrito. Cortá la cebolla en trozos grandes y picá el ajo. Saltealos en manteca a fuego medio, hasta que estén transparentes y perfumen la cocina.
Sumar sabor. Agregá los hongos secos escurridos, los portobello cortados en cuartos y el jamón en lonjas finitas. Salteá unos minutos, lo justo para que se integren los sabores.
Incorporar el arroz. Agregá el arroz crudo y remové bien. Cuando los granos empiecen a verse transparentes, es momento de arrancar con lo bueno.
La cocción. Incorporá el vino de la hidratación y revolvé hasta que se evapore. Después, empezá a sumar el caldo caliente de a un cucharón por vez, sin dejar de revolver. A medida que se absorbe, agregás más. Así hasta que el arroz esté en su punto: cremoso, pero al dente. Ni seco, ni aguado, ni pegado. Un equilibrio que vale oro.
Servir calentito. Apagá el fuego, serví en platos hondos y espolvoreá con ciboulette picado si tenés. Comelo al instante, que el risotto no espera.
Consejos cocineros
. Es muy importante que el arroz sea Fortuna, Carnaroli, Doble Carolina. Estas variedades de arroz tienen un grano más redondeado, y liberan más cantidad de almidón, lo que nos da esa textura que buscamos.
. ¿Versión vegetariana? Podés omitir el jamón y sumar más hongos o unas almendras tostadas.